Los residuos que la industria papelera ha de generar, se unen con el material cerámico que suele utilizarse en la construcción. Lo que se obtiene con ese procedimiento, son ladrillos de papel con una conductividad térmica baja, la cual actúa como un buen aislante.
Los investigadores de la Universidad de Jaén, unieron todos los residuos de celulosa al material que ha de emplearse en la construcción, para poder elaborar unos ladrillos de papel aislantes y fuertes. Además, consideraron que la utilización de estos residuos, suponen un económico beneficio y medioambiental, ya que logra que se reutilice un material que fue considerado como inservible.
¿Cómo es el proceso?
Luego de haber unido ambos materiales, le dan la forma correspondiente de ladrillo, mediante extrusión y presión en máquinas y, así se obtienen los ladrillos de papel en el laboratorio. El producto final ha de aportar energía, debido a la amplia presencia de materia de tipo orgánica. Ésto ayuda además, a reducir todo el consumo de combustible y en especial el tiempo de cocción que su producción requiere.
De momento, absolutamente todos los prototipos tienen una dimensión de 3 cm de ancho por 6 cm de largo y 1 cm de alto.
Consideraciones importantes
Mediante esta novedosa idea, se pueden construir viviendas ecológicas y económicas, en especial para aquellas personas que no tengan recursos o éstos sean muy escasos. Cada uno de los ladrillos de papel son muchísimo más livianos que los bloques de cemento, ya que uno normal pesa aproximadamente dos kilos y uno hecho en papel, un kilo.
Como se trata de un material rugoso, el cemento prende muy bien y, además al tener mucho aire, funciona como aislante térmico. Sin embargo, uno de los grandes inconvenientes de este material es que no posee impermeabilidad y por ende, se debe terminar con una capa de cal, arena, cemento y agua, de media pulgada exteriormente.